
ciudad puerto marchó con globos blancos
Ni la lluvia pudo detener el clamor de bonaverenses que con sombrilla en mano pidieron la paz para la ciudad puerto del Valle del Cauca y el más importante del país.
Buenaventura, en marcha por la paz este 10 de abril. Foto:Santiago Saldarriaga / EL TIEMPO
La ola de violencia de Buenaventura, con más de 50 muertos en lo que va del año, motivó a que este 10 de abril, la población saliera las calles de barrios de la zona continental en este distrito especial. Piden el cese de los disparos por parte de las bandas ‘Shottas’ y ‘Espartanos’, este último con un brazo armado llamado ‘los Chiquillos’. Ellos son señalados de ser sicarios para ‘Espartanos’.
“Estamos en un clamor y llamado por Buenaventura. Sabemos que ha sido un año complejo para Buenaventura, en materia de seguridad. Basta ya en materia de homicidios, de personas, sobre todo, de menores de edad. El proceso con las bandas ha tenido una tregua, pero esperamos que no sea transitorio por la población bonaverense”, dijo el personero del distrito, Carlos Jefferson Potes.
El angustioso clamor de un pueblo
Buenaventura, en marcha por la paz este 10 de abril. Foto:Santiago Saldarriaga / EL TIEMPO
“¡Queremos la paz para Buenaventura! ¡Estamos cansados, estamos aburridos de tanta tragedia, queremos vivir en paz. Llueva o truene o relampagué. Estamos con Buenaventura. ¡Queremos la paz!”, dijo una manifestante.
Buenaventura, en marcha por la paz este 10 de abril. Foto:Santiago Saldarriaga / EL TIEMPO
“Buenaventura necesita la paz. Queremos vivir en paz. Hoy en Buenaventura hace una movilización histórica”, dijo otro marchante entre unos 2.000 participantes que recorrieron un trayecto entre los barrios 14 de Julio y La Independencia. Fue en este último barrio donde el futbolista Vladimir Bravo fue asesinado por disparos, en la noche del pasado 30 de marzo.
“Cansados de tantos hechos violentos. Hasta con lluvia, la gente salió a las calles de Buenaventura a exigir acciones del Estado, pues la ciudad está en abandono. No había por que encerrarse”, dijo otro manifestante.
Buenaventura marchó por la paz. Foto:Santiago Saldarriaga / EL TIEMPO
“Muchachos, no hagan más daño, no más violencia entre nosotros. Unámonos, muchachos, hagamos de esta ciudad algo distinto. Estamos enfermos. La salud mental de los bonaverenses está agotada, agobiada. Esta es una tierra de oportunidades. Por favor, que se pueda pasar de un barrio a otro. Garantías para todos, no más violencia. Se debe buscar en la ruta jurídica para avanzar en los diálogos”, añadió.
Durante la marcha se acondicionó un muro para que la comunidad firmara y se expresara contra la violencia que viene azotando a Buenaventura, más en este año, pues otros delitos, como extorsiones, desapariciones forzosas y secuestros que obligan a desplazamientos intraurbanos y hasta motivar a que los mismos habitantes abandonen esta localidad.
“La gente sigue firmando el compromiso por la paz que necesitamos”, decían los caminantes, avanzando en el trayecto establecido. Lo hicieron agitando globos blancos, con camisetas del mismo color y al son de tambores de una banda marcial.
¡Basta ya de las bandas! ¡Basta de tanta matanza!
La violencia en Buenaventura está enquistada desde hace décadas por el narcotráfico, la minería ilegal, las extorsiones y las desapariciones.
Se han movido guerrilla con el Eln y cuando estaban las Farc, así como grupos paramilitares. Pero luego, estos actores fueron tomando otros nombres.
Buenaventura, en marcha por la paz este 10 de abril. Foto:Santiago Saldarriaga / EL TIEMPO
Apareció la banda ‘la Empresa’ que trajo consigo la herencia narcoparamilitar, tras disputas en el pasado con el ‘clan del Golfo’, antes conocido como ‘clan Úsuga’ o ‘los Urabeños’, un clan que hoy sigue más presente en Buenaventura, pese a estar bajo la sombra.
Posteriormente, surgió la banda ‘la Local’, de donde nacieron las facciones de ‘los Shottas’ y de ‘los Espartanos’.
Entre ‘Shottas’ y ‘Espartanos’ suman unos 1.760 hombres con todo un arsenal, entre armas cortas, escopetas, fusiles y hasta miniuzis con granadas.
Ambas bandas se declararon la guerra por una vendetta. Alias Robert ordenó el asesinato de uno de los jefes de ‘Shottas’ y su hijo lo vengó asesinando al hijo del cabecilla que está al frente de ‘los Chiquillos’.
Sobre ‘Robert’ pesa un largo prontuario por homicidio agravado en grado de tentativa, secuestro, tortura, extorsión, concierto para delinquir y porte ilegal de armas de fuego y de estupefacientes.
‘Presidente Petro, usted nos prometió la ‘paz total’
En la alcaldía de Buenaventura, así como Fabio Cardozo, delegado del Gobierno Nacional en la mesa sociojurídica con las bandas, señalaron que estos grupos, en comunicados, tendrían voluntad de sentarse de nuevo para dialogar.
La comunidad pide que se dé fin a esta guerra sin cuartel entre las bandas, al tiempo que algunos líderes opinaron que hacen falta condiciones jurídicas para que logre la anhelada tregua y la ‘paz total’ del presidente Gustavo Petro.
La misma alcaldesa de Buenaventura, Ligia del Carmen Córdoba, reiteró el llamado al Gobierno Nacional sobre esa promesa de ‘paz total’. La mandataria, inclusive, teme alianzas entre estas bandas con grupos armados, como el Eln o el ‘clan del Golfo (en el caso de ‘los Shottas’), el frente ‘Jaime Martínez’ de los disidentes de las Farc (que estarían con ‘los Espartanos’, al igual que la ‘Segunda Marquetalia’, con estos mismos.
CAROLINA BOHÓRQUEZ
Corresponsal de EL TIEMPO
Cali